Como crítico tengo sentimientos encontrados con la final del concurso Señorita Panamá 2019, no por las candidatas ni por las ganadoras, sí por lo que vimos al aire el pasado jueves como producción de un show para televisión.
Sentimientos encontrados porque sé del esfuerzo que hace la Organización Señorita Panamá por elevar el show televisivo con muy pocos recursos, con seudo "expertos" despiadados en redes sociales acabándolos y porque al César lo del César literal; de lo que estaba siendo la final del Señorita Panamá a lo que es hoy, sí hay un avance.
El tema es que una propuesta que genera y mueve tanta opinión como esta no se puede dar el lujo de tener tantos errores de producción al aire en una misma noche. Lo siento, pero no. Estamos hablando de belleza y hasta la producción debe ser bella y no fue así.
Si desde el inicio del show hay errores como el de la apertura, no es una buena señal de lo que va a transcurrir y si a eso le sumas que era una mala copia de una mezcla de los mejores Miss Venezuela con los mejores Señorita Panamá con las últimas finales del Miss Universo, lo que vemos al aire es una propuesta sin una correcta estructura de show. Un muy largo show sin identidad y con momentos de incoherencia.
Este show tuvo producción, dirección de cámaras, escenógrafos, sonidistas e iluminación independiente al equipo de producción de Telemetro. Lo aclaro porque me gusta ser justo y correcto con mis críticas y he recibido muchas comunicaciones para que despelleje a la gente de la 12 de octubre.
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Pero vamos por partes. Era totalmente innecesario que en el video introductorio mezclaran los créditos de la producción con los nombres de las candidatas. Esto es muy simple, o se hace separado o se hace al final. Mezclarlos fue una muestra de egolatría porque lo realmente importante son las candidatas. Sigo.
El "opening show" fue lento, sin fuerza a pesar de lo mucho que emociona el himno. Los invitados René y Renny, muy flojos. Con todo el talento local que está haciendo ruido positivo internacionalmente, bien podrían haber invitado a una Dianita Villamonte o una Yael Danon, por mencionar a algunos y eso de por sí le daría sentido de pertenencia a la propuesta, además, cantan mucho mejor que los dos invitados. Esto sin contar que tuvieron que repetirlo por el evidente problema de iluminación. Aquí sí es de aplaudir el trabajo realizado por el ballet de Triana. Sigo.
Quienes me lee saben que aplaudo siempre todo proyecto que incluya parte de nuestro folclore pero el homenaje a las reinas salientes fue confuso, no se pudieron lucir, demasiado enredado por la cantidad de talento en escenario y fue hasta injusto con Miss Mundo América que merecía, sin restarle importancia a las otras, un reconocimiento especial en esta gala.
No hay duda que la organización seleccionó a un grupo de expertos jurados con alto conocimiento de la industria de la moda, el modelaje y los concursos de belleza. Este punto, aunque me parecieron muchos, fue atinado, aplaudible y estratégico. ¡Bien!. Sigo.
¿Cómo para qué invitaron al escenario a la actual Miss Internacional si ni siquiera le dejaron decir "hola Panamá"? ¿Para entregarle un ramito de flores y ni poder saludarse como parte del show- con su compañera de certamen la Miss Internacional Panamá? Aquí hubo cero sentido de show, de creatividad, de emoción. Cero y si de figureo. Sigo.
Yo no sé nada de modelaje pero no hay forma de aplaudir el desempeño de la mayoría de las candidatas en escenario. Por favor, despidan a quien les "enseñó a modelar". Sigo.
Los presentadores a pesar de la descoordinación que muchas veces se vio al aire y excepto ese momento abominable en que la Sra. De Icaza tenía un zapato en la mano para hablar del patrocinador, hicieron un buen trabajo. Sigo.
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La escenografía muy simple y a la vez moderna concentrando la atención en las participantes. Tuvo exceso de una marca de joyas patrocinante cuando pudo usarse para proyectar otras cosas. Ya mejor no sigo.
En conclusión, la final de Señorita Panamá como show, a pesar del esfuerzo que admito hace la organización por ofrecer programa actual y moderno, dejó mucho que desear. Ahora, lo que realmente corresponde e importa hoy es apoyar a las ganadoras, dejar la crueldad y ataques en redes contra las reinas y desearle el mejor de los éxitos. Ahora se llaman Panamá, ¡ojo con eso!